Con un poco de retraso acudo a nuestra cita habitual con alguno de esos jugadores que tienen mucho que decir en el fútbol mundial. Hoy es el turno para un recién llegado a la Liga Española después de despuntar de sobremanera en el Brasileirao: Nilmar.
Nilmar llega a nuestra liga después de un periplo que ha enriquecido su juego hasta situarlo en uno de los jugadores con más talento que había en este mercado estival. El Inter de Porto Alegre se hizo con sus servicios en 2001, cuando con diecisiete años despuntaba en el Matsubara de Paraná y tardó poco en hacerse un hueco en las alineaciones del equipo aunque tuvo que esperar a ser mayor de edad para firmar un contrato profesional.
Tres años y dos Estaduales más tarde, el Olympique de Lyon apuesta por él pero no funciona la aventura europea en el equipo que por entonces mandaba con mano de hierro Le Championat. Si bien sus números no son nada malos (7 partidos con 2 goles en Liga y 9 partidos con 4 goles en Champions) no logra convencer al cuerpo técnico y se marcha cedido al Corinthians.
En el Timao coincide en punta de ataque con el "Apache" Tévez y su juego se complementa y crece hasta el punto de convertirse en el nueve referente del equipo brasileño que logra el campeonato en 2005. Pero en su segunda temporada sufre una grave lesión (seis meses) y es traspasado al Inter para volver a empezar.
Y es con el equipo que le dio la alternativa donde ha conseguido dar lo mejor de sí hasta la fecha y demuestra tener la madurez en su juego suficiente para volver a intentar la aventura europea, en esta ocasión con el Vila-Real, después de ganarlo todo en Sudamérica y hacerse un hueco en las convocatorias de Dunga para la selección.
El juego de Nilmar es dinámico, es un nueve moderno. Tiene velocidad y recursos suficientes para conducir hasta el área o hilar jugadas que desemboquen en ocasiones para su equipo. Así mismo, dentro del área, tiene una de las mejores virtudes para un delantero: con uno o dos toques de balón ya ha probado al portero; pocas veces le hace falta deshacerse con regates de algún marcador o preparse para golpear con su pierna buena. Gracias a su habilidad para el desmarque, su velocidad y su amplio repertorio de remates da pocas opciones de respuesta al portero una vez ha visto el espacio por donde meter la pelota en la portería.